domingo, 11 de septiembre de 2011

Juego de piezas en llamas

Juego de piezas en llamas
en una habitación malditamente podrida
con el sol que cae como lágrimas de gato
buscando el claroscuro de mi mente
muerto de hambre con la cama hecha polvo
con un piano que se descompone
y la calle que se quiebra al abrir los ojos
música visionaria del infierno
aplastado por mis ladridos incesantes
discúlpame por no quererme
discúlpame por maldecirme y maldecirte mil veces
bajo el temblor de mi cuerpo llano.

Juego al miedo en mis sueños
frío, errante, sin piernas ni caricias
paso a paso moribundo
tuve la visión
perdí mi único trozo de cielo
escondí la última carta
para jamás utilizarla
hasta el paso de la muerte
bajo la niebla de un cigarrillo interminable
con la sangre hirviendo hasta los sesos
ya no pudo ser de otra manera
y veo al hombre
que se hace niño y culpable
vago y sin presente
a la orilla del mar que me llama
como en un Rembrandt que duele e ilumina
al borde de tu sonrisa que se extingue.

La vela da para un par de horas más
mientras veo fugarse la suerte que no encontré
y la botella no durará mucho más
es una pena tener tantas melodías olvidadas
pues moriré en la espera de entregártelas
pues los lobos no pueden estar demasiado tiempo solos
enloquecen siguiendo su sombra.

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