Mi vida ha sido como un duelo sostenido en mis deseos
Un sueño hecho gotas que no quieren caer de las hojas
Y que se evaporan antes de alimentar el suelo
Un país interminable de tierras irregulares y resecas
Pisoteadas por los temores y delirios
Pero ahora he llegado al tiempo de tus ojos
Recorrer una nueva vida en cada mirada
Mientras nos vamos transformando en un cielo tibio
Dibujado con susurros que nacen del color de nuestra piel
Somos todo lo que sube y no tiene que bajar
En una danza de colores redescubiertos
Que jamás se podrán plasmar en ninguna tela
Tenemos el ritmo de la migración de las aves
Llegando cada día a todos los rincones posibles
Vamos avanzando como la humedad del invierno
Que viene a sanar todas las grietas del alma
Y refugiados en el juego alegre de nuestras manos
Seguimos transformando el amor
En un tranquilo renacer de todo lo creado
Oculto en el descubrimiento metafísico
De nuestros cuerpos en la fría mañana
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