New morning

Vi aquella enorme luna volver el mar plateado el día que me fui y todo se volvió nostálgico el resto de la noche, las miradas en la micro, las voces de mis amigos, las canciones que me invitaban a un reconocimiento de mis nuevos espacios, cargándolos de un presentimiento que no tuve claro hasta el regreso. Volví finalmente a amar las mañanas en la carretera y en las montañas, nos transformamos en una unidad tan intima con aquella luz y comencé a evocar tu mirada junto con los colores y las verdades que se esconden en aquellos lugares donde solo el viento tiene el derecho a hablar, el cual parecía traerme la verdad de los recuerdos de estos años, de una vieja historia que parece no acabar, y que siempre es mejor dejarla caminar en paz. Al final termine aprendiendo a no esconderme, a no temer, y la palabra tranquilidad se ha vuelto tan recurrente en mi mente este verano que ya parece que he aprendido bastante rápido a mantener y forjar su sentido en mi. Si, las mañanas se han vuelto mías, y la mañana de ayer fue nuestra, el viento y el cielo de la caminata se quedaron aquí para siempre,  tu mano escondida en mi bolsillo llevaba un regalo, una melodía que se correspondía con el ritmo de tus pasos, cargamos con esta extraña unión de almas un poco desarmadas y un poco regocijadas en el abrazo, y ahora veo que no hay de que preocuparse. Ahora esta mañana también es mía y te la regalo para hacerla nuestra también, esperando la próxima cargada de nuevos poemas.