Se retuerce mi murmullo reseco
cargado de tabaco, cansado
recuerdo mi antigua habitación tan helada
las risas y los juegos desgastados en verano
y ahora espero aquí sentado
la mirada diáfana de la noche
que no espera nada de mi
solo esa sonrisa mareada y cabizbaja
mientras el humo asciende a mi rostro
llamándome a no rememorar más
Y que mas da?
para mi siempre los veranos son recuerdos
bajo los arboles, de día, de noche
las luces de una ciudad tibia
de un cuerpo frágil y un susurro
la melodía de un bar extinguiéndose
la voz de mi padre llamándome entre la gente
abrazos en callejuelas y una mirada humedecida.
Entonces noche de enero
no me pidas que me renueve
por lo menos no tan pronto
mirando el reflejo de mi rostro
en este charco salido de no se donde
déjame tumbarme sobre el pasto
esperando tu abrazo
una hoja cayendo a mis pies
y un vacío otoñal que le acompaña.
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