Ya no da lo mismo

Bailar solo en la habitacion a las 3 de la mañana, por la cresta que es bakan, como que este verano mejora día tras día, ojala el año entero fuese así, pero supongo que son esperanzas weonas de medio ebrio en soledad.

Repuestos

Hay tardes en que me dan ganas de desarmarme y cambiarme un par de piezas, lo malo es que los repuestos son muy caros, se los tengo que mandar a pedir a mis fantasmas.

Por el momento ya no tengo ganas de armar poemas.

Process of obsession

A veces me enferma ser un poco obseso. Es verdad que paulatinamente me he acostumbrado a no guardarme nada, eso si, no me refiero a las ideas, estas las escribo y pasan, se quedan en la vigilia o en las copas de los arboles que brillan este verano, pero las emociones necesito sacarlas, y aún así primero me obsesiono con ellas, las mezclo con el humo en mi boca mientras enciendo mil cigarrillos, las mastico, las trago, se me quedan en la garganta y ahí las hago nudo, luego las desato, bajan a reventar en mi pecho, las vuelvo a armar en la cabeza, se me van a los pies, y ahí se quedan un tiempo, paralizandome, y despues todo de nuevo, darle esta vuelta una y mil veces, pero tienen siempre que salir, ya no me puedo guardar nada, me desespero en esta obsesión, me agarro la cabeza y me refriego los ojos cuando veo las aves alejarse despues de jugar en un planear incesante. ¿Pero sabes que? en realidad no lo sé, obseso o temeroso en este caso parecen ser lo mismo, llevar todo a un lirismo por ti, una unión del olvido y el anhelo.

Hombre intermitente

Cuando soy feliz me es inevitable sentirme niño de manera intermitente, como si lo que arrastro ya no pesara, con una timidez ante el sol de la tarde mezclado con ese aroma tuyo, nuevo, reconfortante y paralizante, con ganas de que vuelvas antes de que los días se vuelvan mas cortos o despues de que me deje de sentir un poco idiota, pues tambien soy un idiota intermitente, y si siguiera agragando mas a ello, no se si me quedaria encendido o apagado.

Otoño en verano

Se retuerce mi murmullo reseco
cargado de tabaco, cansado
recuerdo mi antigua habitación tan helada
las risas y los juegos desgastados en verano
y ahora espero aquí sentado
la mirada diáfana de la noche
que no espera nada de mi
solo esa sonrisa mareada y cabizbaja
mientras el humo asciende a mi rostro
llamándome a no rememorar más

Y que mas da?
para mi siempre los veranos son recuerdos
bajo los arboles, de día, de noche
las luces de una ciudad tibia
de un cuerpo frágil y un susurro
la melodía de un bar extinguiéndose
la voz de mi padre llamándome entre la gente
abrazos en callejuelas y una mirada humedecida.

Entonces noche de enero
no me pidas que me renueve
por lo menos no tan pronto
mirando el reflejo de mi rostro
en este charco salido de no se donde
déjame tumbarme sobre el pasto
esperando tu abrazo
una hoja cayendo a mis pies
y un vacío otoñal que le acompaña.