En este momento el invierno que nos quema
Se extiende sobre un papel viejo y arrugado
Intentando encontrar tú aroma en la memoria de las tardes
Que dejan de brillar en tu ausencia que se hace sombra
Mientras mis labios se secan musitando tu suave nombre
Esperando besar sin sofrenarme los detalles de tu blanca espalda
Justo ahora que tengo tu recuerdo claroscuro
Como si fueses una dama de van Rijn
Que lleva a mis ojos a dibujar taciturno por la habitación
Las huellas de cada dulce movimiento que has dejado flotando.
Mi desasosiego a la orilla de tu inminente olvido
Se hace nudo en la soledad del viento de este día frío
Que me recuerda el calor profundo de tu respiración junto a mi cuerpo
Y la figura de tu pelo iluminado por la luz de una mañana triste
Mientras dormías y yo te observaba escuchando a las aves despertar.
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